¡Todos estamos llamados a ser testigos apasionados! Encontremos a Jesús nuevamente, crezcamos diariamente como discípulos y demos testimonio del poder de su misericordia.
Dios está trabajando renovando su Iglesia. Está derramando su Espíritu Santo para que llegue el Evangelio al mundo digital y al mundo real. No debe haber espectadores. El tiempo es ahora.