Cuando pensamos en el servicio y la caridad, a menudo es en extremo: un viaje misionero internacional, una gran donaciĆ³n financiera, un gesto que cambia la vida. Tendemos a glorificar lo que significa servir a los demĆ”s, olvidando que podemos servir dondequiera que estemos y con quien nos encontremos. Santa Teresa de Calcuta es el epĆtome de este espĆritu de servicio siempre activo.
Ella alguna vez dijo: "QuƩdate donde estƔs. Encuentra tu propio Calcuta. Encuentra a los enfermos, los que sufren y los que estƔn solos, justo donde estƔs: en tu propio hogar y en tu propia familia, en tu lugar de trabajo y en tu escuela. Puedes encontrar Calcuta en todo el mundo, si tienes ojos para ver".
Si realmente queremos convertirnos en testigos apasionados de Cristo resucitado, nuestros actos de servicio y amor no pueden ser casos aislados. Por supuesto, los viajes misioneros y las generosas donaciones son formas fantĆ”sticas de servicio que ayudan enormemente a los pobres y con dificultades en todo el mundo. Sin embargo, deberĆamos ampliar nuestra idea de nuestro llamado al servicio, que santa Teresa ilumina tan elocuentemente.
Se necesita humildad y desinterĆ©s para seguir este camino misionero. Un verdadero lĆder servidor no lo hace por su propia satisfacciĆ³n u orgullo, lo hace por completo para la santificaciĆ³n de los demĆ”s y en agradecimiento a Dios. En muchos sentidos, en realidad es mĆ”s difĆcil servir de esta manera, porque requiere un esfuerzo diario e intencional. Pero es nuestra responsabilidad dada por Dios: amar.
Usando la espiritualidad de la santa Madre Teresa como guĆa, podemos aprender a amar y servir aquĆ y ahora.
Ā«Debemos ser capaces de irradiar el gozo de Cristo, expresarlo en nuestras accionesĀ». Santa Teresa de Calcuta.
AcƩrcate a cada persona con amor
Si consideramos a todos los hombres y mujeres como hijos e hijas de Dios, dignos de su amor y misericordia incondicionales, debemos tratarlos como tales. Independientemente de cĆ³mo se nos acerquen los demĆ”s, la Ćŗnica respuesta es el amor, o como dijo la Madre Teresa: "Buscando el rostro de Dios en todo, en todos, en todas partes, todo el tiempo".
Aunque deberĆamos tratar de acercarnos a cada persona con la caridad, el llamado al amor es mĆ”s fĆ”cil decirlo que hacerlo. Naturalmente, nuestra naturaleza humana se interpone en el camino, haciĆ©ndonos juzgar, iniciar discusiones, descartar, actuar de forma poco amable, etc. Pero, debemos recordarnos lo que dijo santa Teresa de Calcuta: "Difunde amor a donde quiera que vayas. Que nadie venga a ti sin irse mĆ”s feliz".
Busca a los pobres en tu medio
Hay pobres en todas partes, no solo econĆ³micamente pobres, sino tambiĆ©n espiritualmente y emocionalmente pobres. No todos estamos destinados a dedicar nuestras vidas a servir a los mĆ”s pobres de los pobres en un sentido literal. Santa Teresa nos recordĆ³: "El hambre de amor es mucho mĆ”s difĆcil de eliminar que el hambre de pan". La pobreza puede significar hambre de amor, falta de amistad, sufrimiento en silencio, lidiar con la pĆ©rdida o luchar contra la soledad, la ansiedad y la depresiĆ³n.
La Madre Teresa compartiĆ³: "La pobreza mĆ”s terrible es la soledad y el sentimiento de no ser amado. En todas partes, donde quiera que vayas, encontrarĆ”s personas que no son deseadas, no son amadas, ni cuidadas, que son simplemente rechazadas por la sociedad, completamente olvidadas, completamente abandonadas". Sintoniza a aquellos en tu vida, sea cual sea su relaciĆ³n contigo, para ver cĆ³mo puedes ser la luz de Cristo.
Abraza lo (aparentemente) ordinario
Algo tan simple como una sonrisa, un cumplido, una palabra amable o un oĆdo empĆ”tico puede ser exactamente lo que alguien necesita. "No todos podemos hacer grandes cosas. Pero podemos hacer pequeƱas cosas con gran amor", dijo santa Teresa. Trata cada momento como una oportunidad para derramar amor. Nunca subestimes el poder de cualquier acto de amor, grande o pequeƱo.
Vive con alegrĆa decidida
Necesitamos estar en sintonĆa con el EspĆritu Santo, quien nos inspirarĆ” a actuar por amor, incluso si no nos damos cuenta. Mientras seamos intencionales sobre el deseo de servir y amar, Dios nos conmoverĆ”. Santa Teresa instĆ³: "Debemos ser capaces de irradiar el gozo de Cristo, expresarlo en nuestras acciones. Si nuestras acciones son solo acciones Ćŗtiles que no dan alegrĆa a la gente, nuestra gente pobre nunca serĆa capaz de hacer frente al llamado que queremos que escuchen, el llamado a acercarse a Dios". Al menos, nosotros podemos servir a travĆ©s de nuestra alegrĆa.
Desde mi corazĆ³n al tuyo,
Angie M.
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